Mi pelo siempre se ha caracterizado por ser complicado. Es abundante, ondulado, indomable y necesita de un alisado permanente para verse decente. Cuando me meto al mar por ejemplo, me convierto en un león, y con respecto a los lugares con mucha humedad, simplemente son mi peor pesadilla. El calor sólo me hace sufrir y transpirar en exceso, y aunque parezca una locura, hay días en que desearía rapármelo, a pesar de que luciría como un niño.
Teniendo en consideración mi experiencia personal, el video que presento a continuación me hace mucho sentido. Se trata de un perrito pomerania de pelo blanco, que logra sentir el frescor y la liviandad cuando le cortan el pelo por primera vez.
Pon atención, e intenta contener las risas y los ¡awww!
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